¿Ha sentido también, tras pasar varias horas con la mascarilla puesta delante de la pantalla, que tiene los ojos secos o irritados, fatiga ocular, picores o comezón, una sensación de arenilla, trastornos de la visión, una menor capacidad para ver de lejos o incluso migrañas?
Todos estos síntomas son signos de sequedad ocular.
Desde que la situación sanitaria mundial se encuentra afectada por la COVID-19, se ha producido un recrudecimiento de los casos de pacientes aquejados de sequedad ocular. En un contexto de alza de los casos de contagio por el virus de la COVID-19, el uso de la mascarilla es esencial para evitar su transmisión.
Sin embargo, usar mascarilla es un factor de aumento de la sequedad ocular. También se ha constatado que el confinamiento y el aumento del teletrabajo han incrementado enormemente los casos de sequedad ocular.
¿Por qué llevar mascarilla agrava la sequedad ocular?
La mascarilla reduce considerablemente la difusión del aire al exterior. Sin embargo, el aire espirado debe dispersarse, y lo hace esparciéndose hacia la parte superior de la mascarilla, hasta la superficie del ojo, ocasionando así una evaporación acelerada de la película lagrimal. En consecuencia, las lágrimas son más inestables y se secan más rápidamente, lo que da lugar a una sensación de ojo seco o irritación.
¿Por qué el confinamiento y el teletrabajo agravan la sequedad ocular?
El periodo de confinamiento y de teletrabajo ha aumentado enormemente el uso de las pantallas. Por tanto, este periodo ha agravado los casos existentes de sequedad ocular o simplemente la ha desencadenado en personas que no la padecían hasta ahora.
Según una encuesta Ophtalmic realizada por el IFOP (Instituto Francés de Opinión Pública), los franceses utilizan todo tipo de pantallas digitales durante 2 horas de media. El confinamiento y el teletrabajo han aumentado enormemente el número de horas que pasamos delante de la pantalla, que pueden llegar a ser más de 10 al día en el caso de algunas personas.
No debemos olvidarnos del impacto asociado a las pantallas digitales: el trabajo delante de una pantalla requiere prestar mucha atención y, al tener los ojos tan ocupados, perdemos rápidamente el reflejo de parpadear. Ahora bien, este parpadeo es necesario para hidratar la superficie de la córnea, que es la membrana transparente que recubre el ojo.
El confinamiento en espacios cerrados tiene también efectos importantes sobre la superficie ocular. El aire ambiente de las habitaciones suele ser más seco que el exterior. Suele ser menos húmedo, lo que conlleva un resecamiento de la superficie del ojo.
La gran pregunta es pues saber cómo prevenir y aliviar este síndrome del ojo seco durante la pandemia de COVID-19 que estamos atravesando.
A continuación le ofrecemos algunos trucos y consejos:
- Prevenir los riesgos de sequedad ocular asociados al uso de la mascarilla:
- Si es posible, elija mascarillas con tira metálica para poder ajustársela perfectamente a la cara.
- Asegúrese de colocarla correctamente: ajústela bien contra la nariz, evitando que quede demasiado espacio entre la mascarilla y la cara. Compruebe que la mascarilla no dificulte el parpadeo.
- Piense en utilizar colirios lubricantes.
- Prevenir los riesgos de sequedad ocular asociados a los espacios cerrados:
- Ventile las habitaciones regularmente por la mañana y por la tarde para que pueda entrar humedad.
- Limite el uso de la climatización.
- Evite que los ventiladores le apunten directamente a la cara.
- Utilice humidificadores en las habitaciones donde pase más tiempo.
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EN CASO DE QUE PERSISTAN ESTOS PROBLEMAS, CONSULTE A UN OFTALMÓLOGO.
