¿Su oftalmólogo le ha diagnosticado glaucoma y sus ojos se enrojecen, irritan y están secos por el tratamiento? Si es así, es probable que sufra de sequedad ocular.
¿El glaucoma y el ojo seco son afecciones frecuentes?
El glaucoma es una enfermedad ocular muy común cuyo riesgo aumenta con la edad. Afecta a alrededor de 68 millones de personas en el mundo.
Básicamente, el glaucoma se produce debido a una elevación anormal de la presión intraocular, que provoca una alteración irreversible del campo visual debida a daños en el nervio óptico. La visión periférica es la primera en resultar afectada, seguida de la visión central y, de no tratarse, se produce una ceguera total.
El glaucoma puede producirse a cualquier edad (desde recién nacidos hasta ancianos), pero en su mayoría afecta a personas mayores de 45 años.
Su frecuencia aumenta con la edad: así, el riesgo se duplica cada 10 años a partir de los 45 años, y se piensa que afecta a más del 10 % de las personas mayores de 70 años.
Los síntomas visuales asociados al glaucoma:
La sequedad ocular es también una afección ocular muy común cuya incidencia aumenta con la edad. Aunque a veces es una enfermedad desconocida, la sequedad ocular es uno de los principales motivos de consulta en oftalmología.
De hecho, el número de consultas por sequedad ocular puede suponer hasta el 50 % de los pacientes de un oftalmólogo. En Francia, 1 de cada 3 personas tiene síndrome de ojo seco. Más de 700 millones de personas lo padecen mundialmente.
Esta enfermedad reduce enormemente la calidad de vida de los pacientes.
Por tanto, la sequedad ocular y el glaucoma son dos afecciones que aparecen frecuentemente asociadas a pacientes de edad avanzada.
¿Cuál es la relación entre el glaucoma y la sequedad ocular?
Como hemos visto, uno de los principales factores que relacionan el glaucoma y la sequedad ocular en los pacientes es la edad.
El segundo factor son los colirios utilizados para reducir la presión intraocular como parte del tratamiento del glaucoma. De hecho, muchas recetas de gotas oftálmicas contienen conservantes que dañan las células de la superficie ocular.
Se han realizado estudios que han relevado que el 59 % de los pacientes que usan colirios con conservantes refirieron síntomas de sequedad ocular, mientras que el 27 % presentaron síntomas graves.
Existen otros tratamientos para el glaucoma, como la TLS láser (trabeculoplastia láser selectiva). Se trata de una opción ambulatoria no invasiva que consiste en despejar los canales obstruidos en el trabéculo para reducir la presión intraocular. Esta técnica no resulta aplicable para todos los tipos de glaucoma.
¿Qué podemos hacer para reducir los síntomas de sequedad ocular?
- Llevar una dieta rica en frutas y verduras para satisfacer lo más posible las necesidades de vitaminas y minerales del organismo.
- Utilizar colirios o lágrimas artificiales sin conservante, con el fin de limitar los efectos de la sequedad ocular.
- Usar gafas específicas para proteger los ojos de los factores externos (viento, sol, contaminación…) y durante las actividades de riesgo (deportes de velocidad, natación, deportes de pelota…).
- Hidratarse bien (alrededor de 1,5 a 2 litros de agua al día).
- Tratar de realizar parpadeos completos y regulares para favorecer la total distribución de las lágrimas por el ojo.
- Utilizar lágrimas artificiales si es necesario para hidratar los ojos y compensar la falta de lágrimas naturales.
No olvide informar a su oftalmólogo de sus síntomas de sequedad ocular para que pueda tenerlos en cuenta en su tratamiento del glaucoma.
EN CASO DE QUE PERSISTAN ESTOS PROBLEMAS, CONSULTE A UN OFTALMÓLOGO.