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La hidratación y los ojos secos

hidratación y sequedad ocular

Picor, sensación de quemazón, fatiga ocular… ¿Y si todas estas molestias tuvieran que ver con la hidratación?

 

De hecho, una buena hidratación resulta fundamental para el buen funcionamiento de nuestro organismo, pues está compuesto por un 60 % de agua. Y los ojos no son una excepción. De hecho, la película lagrimal, que cubre y protege la superficie ocular, está compuesta por un 98 % de agua: se trata de la capa acuosa, que hidrata y nutre la córnea.

 

Por eso, cuando la hidratación es insuficiente, el cuerpo se ve obligado a recurrir a las reservas de agua prioritariamente para satisfacer las necesidades vitales, en detrimento de la hidratación de los ojos. Esto propicia una sequedad ocular por deficiencia acuosa, es decir, una producción insuficiente de la capa acuosa de las lágrimas.

 

¿Qué podemos hacer?

 

Como vemos, para reducir las sensaciones asociadas a la sequedad ocular por deficiencia acuosa es importante obtener un aporte de agua suficiente para el organismo. Para mantenernos hidratados, es recomendable beber 1,5 litros de agua de media al día, aunque esta cifra puede variar en función de la actividad diaria, la alimentación o el clima donde vivamos.

 

Es importante no esperar a tener sed para hidratarse. La sensación de sed es un «mensaje de alerta» del cuerpo para decirnos que no tiene suficiente agua. Intente beber regularmente a lo largo del día.

 

Para ello, puede tener siempre a mano una botella de agua y fijarse horarios u objetivos de hidratación. Por ejemplo, beber 500 ml por la mañana o tomarse una infusión en la merienda cada día.

 

¡Para no cansarse, tome diferentes bebidas! Agua con y sin gas, infusiones, tés calientes y fríos o incluso limonadas pueden formar parte de nuestro aporte hídrico diario.

 

También debemos hidratarnos antes, durante y después de realizar una actividad deportiva para compensar la pérdida de agua a través del sudor que tiene lugar en el cuerpo debido al esfuerzo.

 

Como seguramente habrá leído en nuestro anterior artículo de actualidad, Sequedad ocular y vacaciones bajo el sol, en verano la superficie ocular se ve muy castigada por diversos factores (el calor, el sol, el aire acondicionado, el cloro, etc.).

 

En esta estación deberemos preocuparnos por mantener una buena hidratación, especialmente en función del clima del lugar donde nos encontremos, no solo para compensar la deshidratación a través del sudor, sino también para limitar el impacto de los factores que favorecen la sequedad ocular.

 

Por último, para hidratarse no basta con beber. Las frutas y verduras son alimentos ricos en agua que nos ayudan a completar nuestro aporte hídrico diario.

 

EN CASO DE PADECER TRASTORNOS RELACIONADOS CON LA SEQUEDAD OCULAR, CONSULTE A UN OFTALMÓLOGO.

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