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Enfermedades autoinmunitarias y sequedad ocular

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¿Qué es una enfermedad autoinmunitaria?

 

Una enfermedad autoinmunitaria es un tipo de enfermedad en la que el sistema inmunitario, que normalmente protege al cuerpo frente a infecciones y enfermedades, comienza a atacar las células y los tejidos sanos del organismo.

 

Por tanto, se trata de una disfunción del sistema inmunitario que ataca a los constituyentes del organismo. Por este motivo, en una enfermedad autoinmunitaria, el sistema inmunitario pierde la capacidad de distinguir las células sanas de las células extrañas y ataca las células del cuerpo como si todas ellas fueran células extrañas, lo que puede provocar inflamación y daño tisular y causar una amplia gama de síntomas y complicaciones, según el órgano o tejido afectado. Estas enfermedades pueden ser crónicas y, a menudo, tienen un impacto considerable en la calidad de vida de las personas que las sufren.

 

Hay alrededor de cien enfermedades autoinmunitarias diferentes. Se distinguen según el órgano al que afectan (piel, glándulas, articulaciones, páncreas, etc.). En general, es difícil estimar el número total de personas con enfermedades autoinmunitarias a escala mundial, porque muchos pacientes no son diagnosticados.

 

Algunos ejemplos de enfermedades autoinmunitarias

 

  • Diabetes tipo 1
  • Esclerosis múltiple
  • Poliartritis reumatoide
  • Espondiloartritis anquilosante
  • Soriasis
  • Lupus eritematoso sistémico
  • Esclerodermia
  • Enfermedad de Crohn
  • Síndrome de Gougerot-Sjögren
¿Qué relación existe entre las enfermedades autoinmunitarias y la sequedad ocular?

 

Las enfermedades autoinmunitarias pueden estar asociadas con la sequedad ocular. En estas enfermedades, el sistema inmunitario ataca por error los tejidos corporales sanos, como las glándulas lagrimales que producen las lágrimas. Por tanto, el ojo seco puede ser un síntoma de diversas enfermedades.

 

No en vano, hay un gran número de enfermedades autoinmunitarias que pueden causar síntomas relacionados con la sequedad ocular, como la artritis reumatoide, el lupus eritematoso o la esclerodermia, entre otras. Todas estas enfermedades pueden afectar a las glándulas lagrimales, lo que conlleva una producción insuficiente de lágrimas y síntomas de sequedad ocular.

 

Por ejemplo, una de las enfermedades autoinmunitarias más conocidas que causa sequedad ocular es el síndrome de Gougerot-Sjögren, una enfermedad autoinmunitaria crónica que se caracteriza por la sequedad de las mucosas y afecta a las glándulas salivales y lagrimales, provocando una disminución en la producción de saliva y lágrimas.

 

Algunos consejos para reducir la sequedad ocular

 

La sequedad ocular puede provocar síntomas molestos e incómodos. A continuación, proporcionamos algunos consejos para ayudar a limitarla:

 

  1. Use gotas lubricantes para los ojos: estas son una forma fácil de aliviar la sequedad ocular a corto plazo. Hidratan los ojos y ayudan a reducir la irritación. Es importante elegir colirios sin conservantes, ya que estos productos pueden irritar los ojos.

 

  1. Tome descansos regulares si trabaja frente a una pantalla: si pasa mucho tiempo frente a una pantalla, ya sea en su ordenador, teléfono o tableta, tome descansos regulares para permitir que sus ojos descansen y se rehidraten. La regla 20-20-20 puede ser útil: cada 20 minutos, mire algo a una distancia de al menos 20 pies (unos 6 metros) durante al menos 20 segundos.

 

  1. Utilice un humidificador: Si vive en un ambiente seco, un humidificador puede ayudar a humectar el aire y reducir la sequedad ocular.

 

  1. Evite las corrientes de aire: Las corrientes de aire pueden secar los ojos, así que trate de alejarse de fuentes de corrientes de aire, como ventiladores y acondicionadores.

 

  1. Proteja sus ojos: Si pasa tiempo al aire libre, use gafas de sol para proteger sus ojos del viento, el sol y el polvo.

 

  1. Beba suficiente agua: Una hidratación adecuada es fundamental para mantener unos ojos sanos. Asegúrese de beber suficiente agua a lo largo del día (entre 1,5 y 2 litros al día).

 

  1. Consulte a un oftalmólogo: Si la sequedad ocular persiste a pesar de estas medidas preventivas, consulte a un oftalmólogo para que le prescriba el tratamiento adecuado.
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