La primavera ya está aquí y, con ella, sus molestias. ¿Ha sentido alguna vez picores, enrojecimiento y sequedad ocular en esta época del año? Sí es así, es posible que padezca una alergia estacional.
¿Qué son las alergias estacionales?
Durante todo el año nos vemos expuestos a numerosos alérgenos. Pero es en primavera cuando más suben los casos de alergia, especialmente debido al polen. La alergia al polen, también conocida como fiebre del heno o rinitis alérgica, está causada por la exposición al polen, y más precisamente cuando este se produce. Y es que hay polen en la hierba, las plantas o incluso los árboles.
La temporada de polen suele comenzar justo antes de la primavera, aunque puede durar hasta octubre según su procedencia. La producción de polen de los árboles tiene lugar de febrero a abril. A continuación, de mayo a julio se libera el polen de las gramíneas o poáceas (cereales como el trigo, la cebada, el maíz…). Por último, la temporada de agosto a octubre corresponde a la producción del polen de las plantas herbáceas.
Las alergias estacionales conllevan diversos síntomas, tales como:
- Estornudos frecuentes
- Congestión nasal, o al contrario, descarga nasal
- Ojos secos y enrojecidos con un exceso de lagrimeo
- Dolores de cabeza
- Cosquilleos y picazón en la nariz, los ojos y la garganta
- Problemas respiratorios
¿Qué relación existe entre las alergias y la sequedad ocular?
Como era de esperar, las alergias estacionales están asociadas a síntomas como la sequedad y la irritación ocular. Las alergias y la sequedad ocular pueden llegar a confundirse, pues sus síntomas son similares: ojos enrojecidos, lagrimeo, sensación de quemazón o irritación. Por su parte, los picores son un síntoma propio de las alergias estacionales.
Si ya se padece sequedad ocular, su estado puede verse agravado con la llegada de la primavera. De hecho, las alergias estacionales agravan la intensidad de los síntomas e incluso pueden dificultar nuestro día a día. Por ello, es recomendable adoptar ciertos hábitos diarios para limitar el impacto de los síntomas.
¿Qué puede hacer para limitar los síntomas de las alergias y de la sequedad ocular?
- Adopte una rutina diaria que consista en cambiarse de ropa nada más llegar a casa y en lavarse el cabello, la cara y los ojos para eliminar el polen acumulado durante el día.
- No tienda la ropa fuera ni salga a la calle con el cabello mojado, ya que el polen se fija fácilmente en las superficies húmedas.
- En interiores, utilice un purificador de aire para eliminar el polen y los alérgenos presentes en el ambiente. Son preferibles los purificadores con filtro HEPA (High Efficiency Particulate Air), que son capaces de eliminar el 99,97 % de las partículas.
- Protéjase los ojos cuando salga a la calle. Resulta muy conveniente usar gafas de tipo envolvente para limitar el contacto de los ojos con el polen. También puede usar un sombrero de ala para protegerse los ojos de agresiones externas como el polen, el viento, el sol o el humo.
- Ventile durante 15 minutos a primera hora de la mañana y por la noche para renovar el aire. Los niveles más altos de polen en el aire se dan al final de la mañana y por la tarde. Por tanto, es mejor no ventilar en estos momentos del día.
- Hidrátese los ojos con un colirio lubricante, lo que también se conoce como lágrimas artificiales. Estos colirios permiten complementar las lágrimas naturales para mantener una adecuada hidratación ocular y evitar determinados síntomas.
- Procure no tocarse ni frotarse los ojos, lo cual agravaría la situación al poner los ojos en contacto directo con los alérgenos.
No dude en leer más consejos en nuestro artículo de actualidad «La sequedad ocular y los hábitos de prevención».
EN CASO DE QUE PERSISTAN ESTOS PROBLEMAS, CONSULTE A UN OFTALMÓLOGO.